Saturday, May 12, 2007

Bib Azahar 11

Chimenea de la Térmica.

Como pirámide sobre tejado
cubriendo a una fábrica,
gigantesca y centenaria
hacia el cielo bien se alza.

Coronada por veleta
que al viento bien reclama,
como fidelidad al que antaño
en lo alto colocaba.

Herrumbrosa sobre pivote
la torre tiene manchada
con sus lágrimas corroídas
que el agua aquí labrara.

Con su giro permanente
a función encomendada,
avistando horizontes,
fiel al viento que soplaba.

Base enladrillada,
su moldura recostada,
bajo ella la estructura
de esta torre centenaria.

Pirámide castigada
que hacia abajo se ensanchaba,
con una sola cara que mira
como una fiel guardiana.

Ladrillo corroído
por el viento y las heladas,
Espejos de sol reluciente,
y en las noches de luna clara.
Chimenea de la Térmica.
Como pirámide sobre tejado
cubriendo a una fábrica,
gigantesca y centenaria
hacia el cielo bien se alza.

Coronada por veleta
que al viento bien reclama,
como fidelidad al que antaño
en lo alto colocaba.

Herrumbrosa sobre pivote
la torre tiene manchada
con sus lágrimas corroídas
que el agua aquí labrara.

Con su giro permanente
a función encomendada,
avistando horizontes,
fiel al viento que soplaba.

Base enladrillada,
su moldura recostada,
bajo ella la estructura
de esta torre centenaria.

Pirámide castigada
que hacia abajo se ensanchaba,
con una sola cara que mira
como una fiel guardiana.

Ladrillo corroído
por el viento y las heladas,
Espejos de sol reluciente,
y en las noches de luna clara.
*
La Madreselva.

En una verja enredada
una madreselva vi,
e inclinando mi cabeza
yo le vine a decir.

Madreselva toda verde
con tus lágrimas blancas,
¿de dónde sale tu olor
que a mí tanto me encanta?

Si mi pie es mi raíz
y mis hojas mi pulmón,
mis lagrimitas blancas
cada una es una flor.

Esa flor tan delicada
con su aroma despertó
en la fresca mañanita
el canto del gorrión,
el trino de otras aves
y su olor ya llenó…
la esencia del hombre
¡Del hombre que la miró!
*